Frances Oldham Kelsey

(1914-) Científico americano, miembro de la FDA (Food and Drug Administration o Administración de Alimentos y Fármacos en Estados Unidos). Su trabajo previno la comercialización de la Talidomida en Estados Unidos, salvando la vida de miles de niños. Lideró el movimiento que resultó en una regulación más estricta en la distribución de fármacos.

Impidió la comercialización en Estados Unidos del fármaco que fue responsable de la muerte y malformación de miles de bebés en Europa, Australia y Oriente Próximo. Frances Oldham Kelsey era física y doctora en farmacología y trabajaba en la Administración de Alimentos y Medicamentos en Washington – Food and Drug Administration (FDA)- cuando en septiembre de 1960 llegó a sus manos la solicitud de comercialización del sedante para embarazadas Kevadon, que ya se administraba en el resto del mundo para prevenir las náuseas y malestares. El fármaco ya había sido utilizado por miles de mujeres en Europa, por lo que su aprobación no parecía atraer ningún tipo de inconvenientes.

Pero la doctora Kelsey decidió interrogar al fabricante del medicamento de la compañía William S. Merrel, y al no obtener una respuesta convincente decidió abrir, en febrero de 1961, una investigación por su cuenta. Una carta de un médico publicada en el British Medical Journal sobre los posibles efectos secundarios de la talidomida -el nombre genérico de la droga que llevaba el Kevadon- fue el punto de partida. Más tarde, declararía que en reuniones con ejecutivos del laboratorio Merrel «tuve la sensación (de que) en ningún momento eran totalmente francos conmigo, y han tenido esa actitud en todas nuestras conferencias respecto a esta droga».

Seis meses más tarde se conocerían los efectos devastadores de la talidomida, que había cruzado la barrera placentaria causando un retraso en el desarrollo del feto. En los años sesenta murieron unos 2.000 niños y más de 10.000 nacieron con deformaciones en las extremidades en 46 países. Millones de dosis se encontraban en los almacenes listos para su distribución. 17 niños estadounidenses resultaron afectados, pero podrían haber sido miles.

Como premio a su labor, John F. Kennedy le otorgó a Kelsey el President’s Award for Distinguished Federal Civilian Service, el máximo galardón que concede el Gobierno de EE.UU. a un empleado civil.

El trabajo de la canadiense sentó precedentes en la legislación. La administración Kennedy y sus aliados en el Congreso -según The New York Times– quisieron usar el caso para hacer más fuertes las regulaciones. A partir de ese momento la ley estadounidense requiere pruebas más estrictas de la seguridad y la eficacia de nuevos fármacos, la divulgación completa de efectos secundarios y los nombres genéricos, y la eliminación rápida de medicamentos inseguros del mercado.

Frances Oldham Kelsey era una mujer alta que nunca usaba cosméticos. Nació en Cobble Hill, en la isla de Vancouver, el 24 de julio de 1914 y murió el pasado 7 de agosto con 101 años. A los 20 consiguió el Bachelor of Science de la Universidad de McGill. En 1937 comenzó a trabajar para un notable investigador como asistente de un proyecto que logró demostrar la relación entre el elixir sulfanilamida y la intoxicación masiva que derivó en la muerte de más de cien personas en EE.UU. Como resultado de aquel estudio el Congreso aprobó la Ley Federal de Alimentos, Medicamentos y Cosméticos de 1938. Ese año Kelsey completó sus estudios y obtuvo un doctorado en farmacología en la Universidad de Chicago.

En el año 2000 fue incluida al National Women’s Hall of Fame -institución donde se realizó la primera Convención sobre los Derechos de la Mujer en Nueva York- junto a otras grandes mujeres de la historia.

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